Es algo propio del universo en que vivimos. El continuo
movimiento, el desconcierto, el caos de la materia que nos rodea, que cambia de
posición, que aumentan su desorden, su entropía. Es algo natural, es cotidiano.
Y, por mucho que trato de convencerla de ello, mi madre insiste en que ordene
mi habitación. ¿Para qué, si no va a durar?
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