Hubo una vez que me obsesioné con tu nuca. (Una vez, dice,
una sólo). Los demás decían, "eh, menudos brazos", "eh, menudos ojos", "eh, menuda sonrisa". Pero a mí no
me valía. Tus brazos me parecían débiles. Tus ojos, pequeños. Tu sonrisa, tan falsa
como tu acento. Pero tu nuca era perfecta. Siempre tras de ti, esperando. Normalmente
colorada, por el sol o la vergüenza. Un par de pelos que escaparon el último
corte. Una camiseta indiferente. La más sutil promesa de tus tímidas orejas.
Yo quería tu nuca. Iba por la calle, por el metro, buscándola.
A veces, los días agridulces, encontraba alguna imitadora. Dos países y medio
después, se me olvidó un poco. No mucho. Pero este lugar está lleno de nucas.
Hoy, me he encontrado a su hermana en la esquina. Me he acercado con cautela, para
ver si era un espejismo. Pero no valía. Porque tus brazos no son tan tensos, ni tus
ojos tan azules, ni tu sonrisa tan seria. Y es que resulta que, quizá, hacemos
bien en subestimar a las nucas.
She was close
Well, you couldn't get
much closer
She said "I'm really
not supposed to but yes,
You can call me anything
you want".