jueves, 27 de febrero de 2014

The hardest part is letting go of your dreams.




Hay momentos en los que no sabes el qué, pero tienes que escribir. Y hoy, esta noche, es uno de esos momentos. Tras un día largo y tedioso, pero extrañamente estimulante, ha llegado la oscuridad. Ha llegado el tiempo de los sueños, de las fantasías más acongojantes, del sentimiento profundo de soledad que me embarga siempre que tengo que dormir. O mejor dicho, siempre que sé que voy a soñar. 

Al fin y al cabo, mientras el sol reina en el cielo nosotros reinamos en la tierra: durante las horas de luz nos encargamos de volvernos más personas, de configurar nuestra identidad y definir quien somos. Pero cuando cae la noche, cuando asoma la Luna (blanca, limpia), entonces soñamos, y soñar nos libera de las ataduras terrenas. Soñamos, y en los sueños hacemos mil cosas que jamás haremos, vaticinamos el futuro y volvemos al pasado, liberamos el "yo" dejando que se expanda como un gas y que ocupe todo el espacio disponible.

Y si dormir es todo eso... despertar es recuperar las pautas para la vida civilizada. Dejar el sueño es restablecer toda esa red de relaciones que se han deteriorado por la noche, es volver a adaptarse a unas medidas autoimpuestas, acotar de nuevo ese yo en la más cruel de las sublimaciones regresivas que conozco. Despertar es la mayor de las tragedias.

They're these terror
and it's like
it feels like as if somebody was gripping my
They're these terrors
and it's like
it feels like as if somebody was gripping my throat
they're not like tremors
they're worse than tremors
they're these terrors
like last night
they're not like tremors
they're worse than tremors
they're these terrors
it feels like as if somebody was gripping my throat and squeezing
and
it feels like as if somebody was gripping my throat
...

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