lunes, 13 de octubre de 2014

¿Pato?




El patito feo por fin era feliz. Había encontrado a otro puñado de patitos feos, tan feos como él, y ya no se sentía solo, ni raro, ni triste. Hasta  que un día tuvo que salir de aquel estanque, porque es lo que toca, porque todos nos hacemos mayores. Y se encontró con docenas y docenas de animales distintos a él, y volvió a estar asustado. Esta no es una historia sobre la belleza de la diversidad, ni sobre cómo los contrarios se complementan. Esto no es ni si quiera una historia. Esto es una especie de grito a nadie, a mí misma. Eres un patito feo, y estás orgullosa de eso. Y ahora, rodeada de tantos patos vanidosos, amarillos y de goma, lo estás más que nunca. Sé que disfrutas siendo diferente, siendo el pequeño/gran pato oscuro que nada boca abajo solo para llevar la contraria. Supongo que vas a seguir haciéndolo diga lo que diga, y tampoco tengo mucho que decir. Allá tú. Allá yo. Allá cada pato.

1 comentario: