Suave, suave, cántame al oído, sirena, sirena de mis anhelos, sirena que nunca duermes... Sueño eterno, eterna duda, ¿dudas?No, muertes.
Quiero esa limosna que me ofreces, que no llega para calmar mi sed, pero que me dará la vida si tu quieres, aunque se agote y yo vuelva a perecer.
Fuente eterna, ¿do manas? ¿do fluyes clara, secreta, pura, cristalina?
Deseo besar tus cabellos con mis ajados labios, con mis labios rotos.
Deseo probar la dulce medicina que nace en tu boca, que corre en tus aguas, que muere a mis pies.
Mis pies doloridos de tanto andar, de tanto vagar por sendas peligrosas.
Mis manos sangrantes que han cogido rosas que escondían puñales en sus hojas.
Mis ojos azules que han llorado tanto que ahora están vacíos.
Mi cuerpo que busca tu cuna, que busca la luna, que busca una cura.
Sé que eso no es eterno, pero sé qué es eterno. No encuentro esto o aquello. Pero quiero. Quiero ya. Quiero rápido.
Cantos de Sirena, dulce condena.
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